miércoles, 14 de septiembre de 2011

MÁS ALLÁ DE LOS ESTANDARES DE CIENCIAS NATURALES




“ Los sueños están donde comienza el dilema, las escuelas han logrado, por cierto, cosas inimaginables en el pasado, pero hoy nuestros sueños son más ambiciosos.”
David Perkins. La escuela Inteligente.


Por: Filomena Jiménez Gil
Licenciada Química y Biología


Jueves 30 de Enero de 2004:

Hoy estuve arreglando el laboratorio de química con algunos estudiantes del grado décimo de la Nueva Gaitana, colegio donde laboro hace unos tres años. 


Nos dispusimos a limpiar polvo, desempacar algunos de los implementos que permanecían guardados en un armario del salón acondicionado para tal fin. Luego de salvar algunos obstáculos para poder abrir los candados nos encontramos con algunas cajas llenas de frascos sin desempacar, desde hacía no se cuanto tiempo, los chicos y chicas estaban entusiasmados, sacaron los tubos de ensayo, los churruscos, consiguieron jabón y se dispusieron a lavar y a inventariar todo el material; Carolina se ofreció a pasar el inventario y traerlo el próximo lunes, todo era expectativa, preguntaban los nombres de los implementos, mi compañera Mariluz, docente recién llegada al colegio sería la jefe del laboratorio.


Es el primer año que tenemos grado décimo.


Me siento muy emocionada, quiero escribir mis experiencias, aunque tengo alguna experiencia en la orientación de esta asignatura en otros planteles educativos, me he planteado un reto: Voy a humanizar la enseñanza de la química. Voy a hacer que los estudiantes quieran esta materia.


El colegio tiene destinado alguna parte del presupuesto para dotación de implementos y reactivos, en reunión con las otras docentes de ciencias elaboramos la lista de lo mínimamente necesario.



Viernes 6 de Febrero. 1 p.m.:

Se reunieron los estudiantes del grado décimo en el laboratorio, llevaban los implementos y materiales para hacer vino. Sacaban de su morral ollas, baldes de plástico, cuchillo, frutas, hasta una estufa eléctrica porque necesitábamos hervir el agua.


Reunidos en grupo se le notaba la emoción por sacar los materiales y empezar a trabajar, no faltó el grupo de chicos que no tenían la fruta pero reunieron monedas para comprar las uvas. En otras ocasiones que me disponía a hacer algún trabajo en el laboratorio, me ponía muy radical por la falta de materiales pero comprendí que era innecesario frustrarles el trabajo y les colaboré para que salieran del colegio a la frutería más cercana a comprar lo que les faltaba. En ese momento comprendí que estaba cambiando de actitud hacia la enseñanza. Llevábamos un manual de instrucciones para el procedimiento y comenzamos el trabajo. 


Sonó el timbre de las 2 de la tarde para cambio de clase y nadie se inmutó, nuestra meta era completar el proceso para dejar lista la fruta , picada, disuelta en el agua junto con el jugo de limón y naranja y la cucharadita de levadura. Surgieron muchas preguntas: Por qué el limón ¿ porqué la levadura? Qué hace la naranja? Etc. Preguntas que están escritas en el cuaderno para irlas solucionando a medida que avance el proceso.


Me dí cuenta que los estudiantes más apáticos, estaban entusiasmados con el trabajo. Luego de dejar el lugar en perfectas condiciones de orden y aseo, regresaron a su aula.


Martes 10 de febrero.2 y 15, clase de química:

Comenzamos la clase con los comentarios acerca del estado de nuestra preparación, ya que les tocó llevárselo para su casa pues debían estarlo observando y revolviendo el contenido a diario. Comentaron los cambios que habían notado, igual está consignado en el cuaderno y surgieron más interrogantes, como es lógico son ellos los que deben llegar a sus respuestas. 


Ante la pregunta, cuándo vamos a seguir? Convinimos que el próximo viernes continuaríamos el trabajo, les pregunté: ya saben lo que tienen que traer? Y al unísono dijeron: Siii.


Los noto con gran expectativa. También encuentro gran receptividad para el trabajo.


En esta semana quiero elaborar un instrumento de diagnóstico acerca de la enseñanza de la química en algunos grados décimos de colegios. Ya han pasado varias semanas de clase y quiero averiguar las experiencias y las expectativas de los estudiantes.


Considero que estoy proporcionando un espacio en donde los chicos y las chicas encuentren algún sentido a lo que hacen en el colegio, que no vean la química como algo alejado de su realidad, que no se convierta la clase como un memorizar fórmulas y ecuaciones alejadas de su vida cotidiana.


“La ciencia y la validez de las explicaciones científicas, no se constituye ni se funda en la referencia a una realidad independiente que se pueda controlar, sino en la construcción de un mundo de acciones conmensurable con nuestro vivir”. “Lo que explicamos es siempre una experiencia, por esto, quien describe lo que va a explicar describe lo que uno tiene que hacer para tener la experiencia que quiere explicar”(1)


En el momento que los y las estudiantes vean la química como algo de su vivir cotidiano, le encontrarán sentido a lo que aprenden y podrán formular hipótesis, explicar leyes y hacer ciencia porque no son cosas bajadas de las estrellas sino muy de su realidad concreta.


Martes 17 de Febrero:

Hoy, nos dispusimos a colar el vino, cada grupo de estudiantes traía colador, balde, botellas, manguera y corcho. El colegio no cuenta con equipo de destilación, por lo tanto tenemos que trabajar con nuestros recursos.


Luego de recibir las indicaciones para hacer el montaje de la manguera y así permitir la salida de los gases producto de la fermentación, se notaba una gran expectativa, algo para destacar era la concentración del 99% del grupo, digo el 99% porque Ivonne se sentó en el suelo del laboratorio y no participó en nada, esta niña manifiesta un comportamiento de apatía hacia las ciencias naturales, no sé si será por la profesora o tal vez conflictos personales. Me pareció prudente no interrumpir su mutismo porque uno de mis retos es lograr su interés pero no por la fuerza.


Luego de colar y trasvasar el vino, marcaron las botellas y buscamos un lugar en el laboratorio para almacenarlas.


Preguntas van preguntas vienen, los estoy dejando para que ellos mismos busquen sus propias respuestas a medida que avance el proceso.


Hubo un grupo de chicos que no trajo los implementos , entre ellos estaba Carlos Guisa, el estudiante que en el año anterior perdió casi todos los logros en Ciencias, pero al darme cuenta del detalle les dije: Ustedes se van a ahogar en un vaso de agua? No hay manera de conseguir una botella? Inmediatamente salieron corriendo a buscarla y me pidieron permiso para ir a comprarla a media cuadra del colegio que hay un centro de acopio de residuos sólidos. No tardó mucho tiempo en verlos atareados en su labor y fue uno de los grupos que terminó primero.


A las 3:45 el laboratorio ya estaba limpio y listo, todo en orden.

Miércoles 18:

Cuando llegué a clase lo primero que dijeron fue: Vamos a mirar el vino? Nos dirigimos al laboratorio y cada uno sacó la botella y empezaron a hacer preguntas: Por qué se bajó el nivel del líquido? Por qué huele así?...etc. Como el día anterior: No quise resolver sus interrogantes. A cambio de esto les entregué una guía para trabajarla donde encontraban la teoría de la fermentación y algunas otras explicaciones del proceso, teoría que obtuve de algunas enciclopedias.


Voy a esperar los resultados de este trabajo. Me siento feliz porque siento que estoy despertando algo de interés por la clase.


La búsqueda de nuevos y mejores métodos para hacer de la práctica pedagógica y de la escuela un lugar de información, de dinamismo y de reflexión son las inquietudes más apremiantes que surgen en la labor cotidiana de personas que nos dedicamos a la difícil labor de la enseñanza y el aprendizaje.


Así como los estudiantes en una experiencia concreta se llenan de interrogantes, de inquietudes de expectativas, también el docente en su quehacer pedagógico cada día se cuestiona: ¿Para qué enseño esto? Tiene algún sentido la educación?¿Qué espero de la educación?, ¿Estaré enseñando para la vida? ¿Para qué aprenden nuestros estudiantes? ¿A dónde queremos llegar?


Si no sabemos para dónde vamos ¿cómo sabemos si hemos llegado?

Son preguntas que se hacen los estudiantes, los padres de familia, los directivos y nosotros los docentes.

Es mi objetivo con este escrito hacer una serie de reflexiones basadas en “La escuela Inteligente” de David Perkins. 

En el momento que los y las estudiantes vean la química como algo de su vivir cotidiano, le encontrarán sentido a lo que aprenden y podrán formular hipótesis, explicar leyes y hacer ciencia porque no son cosas bajadas de las estrellas sino muy de su realidad concreta.

Al leer a Perkins pude centrarme en la idea fundamental de la educación: ¿Qué espero con mi práctica pedagógica? Que mis estudiantes logren un conocimiento generador: Retención, Comprensión y uso activo del conocimiento.

¿Cómo lograrlo? ¿Cuándo lograrlo? ¿Con qué lograrlo? Y cada vez son mayores las preguntas que las respuestas, y cada vez me doy cuenta que a pesar de mi experiencia pedagógica de casi treinta años, no sé lo suficiente y es muy poco en lo que he contribuido a las generaciones que he tratado de llevar el conocimiento de las ciencias naturales.

Estas afirmaciones no las hago por modestia, ni por querer llamar la atención de quien las lee, solo porque después de una gran reflexión he analizado las falencias, las cuales voy a tratar de enunciarlas someramente. 

En primer lugar en la retención del conocimiento; ¿cuántos estudiantes recuerdan los conocimientos en el momento que los necesitan, acaso la meta año tras año no es estudiar par presentar los exámenes y aún para lograr obtener un buen puntaje en el Icfes, o para cumplir con los estándares emitidos por el MEN? En segundo lugar comprensión del conocimiento ¿De qué sirve tener el conocimiento de la existencia de las bacterias, la fermentación, los descubrimientos de Louis Pasteur, las funciones químicas, si no se logra comprender su relación con él mismo , con su entorno y lo que es peor aún - refiriéndome al tercer punto uso activo del conocimiento- no sabe aplicarlos en la vida cotidiana cuando necesite manejar situaciones dentro de su contexto?

¿Acaso lo que hace falta no es un aprendizaje reflexivo donde los estudiantes reflexionen sobre lo que están aprendiendo, con lo que están aprendiendo y para qué lo están aprendiendo? En ese orden de ideas , el aprendizaje viene a ser una consecuencia del pensamiento, y lo que se necesita es que la educación gire en torno al pensamiento y no al conocimiento.

Continúo con mis interrogantes: Qué necesito para suplir estas falencias? seré yo sola la que me encuentro en este limbo? Me doy cuenta que día a día hay maestros que se preocupan por innovar sus prácticas pedagógicas, hay iniciativas exitosas, surgen nuevas alternativas por “educar bien”, por impartir el conocimiento, por optimizar el progreso en el campo de la enseñanza y el aprendizaje, pero tal vez no se está enfatizando en el pensamiento sino en el conocimiento. Se hace necesario entonces, una escuela informada, dinámica y reflexiva, como afirma David Perkins “escuela inteligente”: Donde todos los estamentos, directivos, docentes y estudiantes estén bien informados acerca del pensamiento y aprendizaje humanos y su óptimo funcionamiento; una escuela con espíritu enérgico en la cual las medidas que se toman tengan por objeto generar energía positiva; que sea un lugar de reflexión, donde quienes la integren sean sensibles a las necesidades del otro y lo traten con deferencia y respeto donde la enseñanza, el aprendizaje y la toma de decisiones giren en torno del pensamiento.

Espero entonces encontrar el optimismo, la orientación y la energía necesaria para luchar contra la apatía y el cansancio que producen las múltiples limitaciones del contexto, del sistema, del momento crítico por el que está atravesando nuestro país y poder contribuir eficazmente en nuestro proyecto de nación colombiana.





(1)Humberto Maturana. Emociones y Lenguaje en Educación y Política. Pág. 61

Escuela Inteligente

TIPOS DE PROFESORES...CUALES TUVISTE...O CUAL ERES TÚ?



EL PROFESOR  SABELOTODO: 
Este es un docente que mira a sus alumnos con desprecio, ya que piensa que no saben nada, asignándoles el papel de escuchar, callar, obedecer. 
Por ello, casi nunca se preguntan si sus alumnos aprenden, mucho menos trata de aprender de ellos. 
Los sabelotodo abusan del monopolio del saber y de la autoridad en el aula, resuelven los 
problemas por la vía de la disciplina, con descalificaciones, amenazas, etc, basándose en el viejo concepto "LA LETRA CON SANGRE ENTRA". 
En la pedagogía tradicional se parte del supuesto que los alumnos son ignorantes y en 
consecuencias el profesor tiene la tarea de transmitirles el conocimiento, de “llenarlos” de datos e informaciones. 
En tal sentido, se subestima el planteamiento de Paulo Freire, quien señaló: 
"NO EXISTE NADIE QUE LO SEPA TODO, NI EXISTE NADIE QUE NO SEPA NADA". 
En la vida cotidiana el alumno se enfrenta al contexto que lo rodea, conoce todo tipo de experiencia, comete errores y saca conclusiones, así encontramos que con diferentes experiencias y diversos conocimientos, el alumno posee cierto tipo de saber. 
POR ESO AL PROFESOR NO SOLO LE TOCA ENSEÑAR: TAMBIEN TIENE QUE APRENDER. 
En tal sentido está planteado romper con la relación vertical entre profesor-alumno, ya que el hecho educativo en un proceso DEMOCRATICO, COLECTIVO, COOPERATIVO. 

EL PROFESOR  EGOCÉNTRICO: 
Hay docentes que solo hablan de ellos, siempre dicen la primera y última palabra en todo. De tal manera que no le gusta que el alumno opine, que participe, que pregunte. 
Ese individualismo del profesor encuentra una inseguridad, ya que es posible que no sabe tanto como dice saber. 
Este tipo de docente es "castrador", porque la educación debiera de ser un proceso dialógico, donde no solo se trata de transmitir conocimientos, sino descubrirlo entre todos, siendo en este caso los alumnos los protagonistas. 
Todo esto también implica luchar porque el docente sea: 
• Un facilitador, que estimule el diálogo, que garantice la participación de todos. 
• Un coordinador de las actividades: debates, investigaciones, acciones de extensión, etc. 
• Un animador y motivador del grupo, sintiéndose como un compañero más. 
Entonces de lo que se trata es de ver la educación como un PROCESO COLECTIVO DE CONOCIMIENTO.

 EL PROFESOR ABSTRACTO: 
Es aquel docente que cree que sus recetas, fórmulas, teorías, sirven para resolver cualquier problema, en cualquier momento y lugar (casos típicos de las ciencias formales). En esta práctica docente encontramos: 

  •  Uniformidad y estandarización del saber, sin tomar en cuenta al alumno, la realidad concreta. 
  • Se trata de repetir todos los años la misma chuleta, sin evaluar el rendimiento Docente y estudiantil.
  • La misión pedagógica es “pasar el programa” cargado de nociones, teoremas, silogismos, que nada tienen que ver con la vida del alumno, con la carrera, con la religión o el País. 

De aquí se desprende la necesidad de cambiar tanto  los contenidos programáticos, los métodos pedagógicos, los recursos instruccionales,  vinculándolos a la realidad específica, al contexto histórico-social. 

EL PROFESOR LIBRESCO  
Hay profesores universitarios que solo confían en los libros: 
-Dan clases a partir de un texto guía. 
-Evalúan el conocimiento de sus alumnos según sean capaces recitar al caletre el libro. 
Para nada existe la vida, el barrido, el campo, solo existen las cuatro paredes del aula y las 
fastidiosas lecturas. 
Pero como decía Goethe: LA TEORÍA ES GRIS, LA VIDA ES VERDE (NO SOLO SE HACE LO QUE SE APRENDE SINO QUE SE APRENDE LO QUE SE HACE.)
 Leer es necesario, pero no basta, es necesario vincularlo a la praxis. APRENDEMOS MAS REFLEXIONANDO SOBRE LO QUE HACEMOS. Por ello es clave la relación ACCION-REFLEXION-ACCION. 

Se trata en este caso de unir al trabajo intelectual con el trabajo manual. 

EL PROFESOR COTORRERO 
Existen profesores que son unos doctores en “charlatanería”, y atiborran la mente de sus 
alumnos con fechas, nombres, anécdotas, que por supuesto se olvidarán a los tres días de haberlas aprendido ya que no sirven a nadie, sino en algunos casos para sacar nota “memorizándolos”. 
El método de memorizar, de "meter" información, como quien mete plata en un banco, fue llamado por Freire como EDUCACIÓN BANCARIA, donde se trata de formar hombres en 
serie, meros repetidores, buscando que la vida siga igual. 
En tal sentido, está planteado construir una pedagogía que no busque acumular conocimientos de memoria, bajo las razones, los porqués, las relaciones significativas. Esta pedagogía alternativa prefiere la inteligencia, la capacidad de análisis y de crítica, la imaginación y la creatividad, más que la memoria. 

EL PROFESOR CONDUCTISTA-AUTORITARIO 
Hay docentes que partiendo de la tradicional concepción donde se sostiene que los alumnos hay que dirigirlos, tutelarlos, disciplinarlos, vigilarlos, castigarlos, desarrollan bien toda una  estrategia para lograr tales objetivos: 
-Piensa por el alumno y le dice lo que tiene que hacer.  
-Su principal preocupación es cambiar la conducta de los estudiantes y no enseñarlos a 
pensar y a decidir por ellos mismos. 
Por ello el paternalismo es el facilismo de los mediocres, ya que una educación 
problematizadora no posee recetas ni verdades terminadas, sino que aporta las herramientas para que cada uno las vaya descubriendo con su propia cabeza. 
Igualmente el principio de autoridad es el refugio de quien no posee talento que pueda ser confrontado, criticado, y en consecuencia intenta reproducir robots, domesticar al estudiante para preservar su aparente prestigio y "status". 
Una pedagogía liberadora busca formar hombres y mujeres creadoras, que piensen, que 
pregunten, que opinen, que decidan, que no le tengan miedo ni  al conflicto ni a la confrontación, y que los riesgos son una eventualidad en el camino del conocimiento. 

EL PROFESOR CONTEMPLATIVO 
Existen profesores universitarios que brincan en una pata porque sus alumnos llegan con puntualidad, se sientan correctamente en el salón y sacan buenas notas en los exámenes, en fin se PORTAN BIEN. 
En sus clases no se habla de  política ni de otra cosa que afecte el ambiente académico, sus estudiantes no participan en ninguna lucha, ni manifestación, no se meten en nada. 
De esta manera se divorcia la enseñanza que se da en el aula de lo que se mira en la prensa y en la televisión, de lo que se dice y se observa en el mundanal ruido de la calle. 
Con esto se intenta fabricar individuos que siempre andarán por las nubes y nunca pondrán los pies en la tierra. 
Por lo general no se meten en política – más no necesariamente partidista--, ninguna educación es neutral, ninguna clase magistral carece de ideología y mucho menos la de los que dicen no tenerla. 

EL PROFESOR RACIONALISTA
Hay profesores que solo son cabeza, ideas, cerebro. Su única preocupación es la formación 
intelectual. En general son personas muy frías y hurañas a quienes se les olvida que sus 
alumnos tienen cuerpo, corazón, novio, ojos para llorar y una boca para reír y cantar. 
De tal manera que se cumple el arquetipo inventariado por el humor popular: NO BEBE, NO CANTA NI BAILA "PEGAO", ES DECIR, NO EXISTE. 
Este es un estilo de pensamiento occidental --racionalismo cartesiano-- que separa el 
espíritu del cuerpo, que menosprecia el juego, las emociones y los sentimientos.
 Así como está planteado unir las manos y la mente,  también aquí es imprescindible la 
unidad de la afectividad y la razón. 

EL PROFESOR DE JERGA PEDANTE
Es muy común encontrar en nuestro medio profesores  que no pueden hablar sino con un código enigmático que ni ellos mismos entienden, siendo incapaces de hablar como habla la 
gente, como hablan sus alumnos, este vicio del palabrerío enredado proviene de las modas académicas, más si se ha tenido la ocasión de cursar en una universidad extranjera. Esto encierra un profundo desprecio por los valores y practicas de la gente común, -la Vulgata para muchos de estos señores exquisitos—y tienen montado en el cráneo de que mientras menos se dejan entender más culto son, mientras más rara es la palabra que pronuncian más científicos son. De tal manera que dicho fenómeno reafirma cierto autoritarismo recubierto de sapiencia. 

Ante estos diversos tipos de docentes que obstaculizan con sus prácticas el proceso 
emancipatorio, se vienen construyendo nuevos paradigmas educativos:
  • Enseñar a pensar con cabeza propia. 
  • Desarrollar la conciencia crítica. 
  • Unir el trabajo intelectual con el manual. 
  • Construir hombres integrales. 
  • Asume un compromiso político. 
  • Confiar en el pueblo y en su cultura. 
  • Incorporar el humor a la enseñanza. 
  • Organizar sistemáticamente los conocimientos. 
  • Mucha creatividad. 
  • Promover la participación de todos. 
  • Orientar la acción transformadora. 
  • Parte de la realidad. 
  • Usa un lenguaje sencillo. 
  • Lucha contra el empirismo y el dogmatismo. 
  • Apoyar la palabra con el ejemplo. 
  • Romper la relación vertical profesor -estudiante.

¿QUÉ SON LAS CIENCIAS NATURALES?

Las ciencias naturales son ciencias que tienen por objeto el estudio de la naturaleza. Ellas estudian los aspectos físicos, y no los aspectos humanos del mundo. Así, como grupo, las ciencias naturales se distinguen de las ciencias sociales, por un lado, y de las artes y humanidades por otro.

Son:

  • Astronomía, el estudio de los objetos celestes y fenómenos que suceden fuera de la atmósfera terrestre. 
  • Biología, el estudio de la vida: 
  • Botánica, el estudio de los organismos vegetales. 
  • Ecología, el estudio de las relaciones entre los seres vivos y el entorno. 
  • Zoología, el estudio de los animales. 
  • Microbiología, el estudio de los microorganismos. 
  • Ciencias de la Tierra, el estudio de la Tierra: 
  • Geología estudio de la composición, estructura y dinámica del planeta Tierra. 
  • Geografía estudia las divisiones de los suelos en el planeta tierra 
  • Oceanografía estudia los océanos de todo el planeta. 
  • Física, el estudio de los constituyentes últimos del universo, las fuerzas e interacciones y las relaciones entre éstas. 
  • Química, el estudio de la materia, su composición, propiedades y estructura de las sustancias y de las transformaciones que sufren. 
  • Bioquímica, el estudio de los procesos y reacciones químicas en que se sustenta la vida.

Las Ciencias de la Naturaleza se caracterizan por el estudio empírico de la realidad natural: la materia inerte y los seres vivos en sus múltiples aspectos, niveles de organización y modos de relación. Se contraponen a las ciencias formales, como las Matemáticas o la Lógica, por utilizar la observación y la experimentación para contrastar sus enunciados, y se distinguen de otras ciencias empíricas por su objeto de estudio, que es el medio natural.


A lo largo de este último siglo, las Ciencias de la Naturaleza han ido incorporándose progresivamente a la sociedad y a la vida social, convirtiéndose en una de las claves esenciales para entender la cultura contemporánea, por sus contribuciones a la satisfacción de necesidades humanas. Por eso mismo, la sociedad ha tomado conciencia de la importancia de las ciencias y de su influencia en asuntos como la salud, los recursos alimenticios y energéticos, la conservación del medio ambiente, el transporte y los medios de comunicación. En consecuencia, es conveniente que la educación obligatoria incorpore contenidos de cultura científica, como una parte de la cultura en general, y que prepare las bases de conocimiento necesarias para posteriores estudios, más especializados.

El conocimiento de las Ciencias de la Naturaleza, tanto en sus elementos conceptuales y teóricos como en los metodológicos y de investigación, capacita a los alumnos para comprender la realidad natural y poder intervenir en ella. Facilitar el acceso de los alumnos a las Ciencias de la Naturaleza es un objetivo primordial de la educación obligatoria, que ha de introducirles en el valor funcional de la ciencia, capaz de explicar y predecir fenómenos naturales cotidianos, así como ayudarles a adquirir los instrumentos necesarios para indagar la realidad natural de una manera objetiva, rigurosa y contrastada.

En la Educación Primaria las disciplinas científicas estaban integradas con otras en una sola área denominada "Conocimiento del Medio". En la Educación Secundaria Obligatoria, dichas disciplinas científicas se organizan como área independiente para alumnos que por su edad van siendo capaces de comprender conceptos, razonamientos e inferencias de carácter abstracto, operando sobre símbolos y representaciones formalizadas. Las disciplinas objeto de estudio en esta área son Física, Química, Biología y Geología. En las últimas décadas, estas disciplinas se han diversificado, dando lugar a otras nuevas, como la Bioquímica, la Geofísica o la Biología Molecular, que responden a la especialización progresiva del saber científico. Por otro lado, y en estrecha conexión con ellas, hay otros saberes, como la Astronomía, la Meteorología o la Ecología, de naturaleza claramente interdisciplinar. Conviene que algunos de sus elementos sean incorporados a la educación obligatoria.

Este planteamiento de áreas permite que al final de la etapa los alumnos empiecen a comprender las diferencias entre las disciplinas en cuanto al objeto de estudio y en cuanto a procedimientos de indagación y de contraste. Si en los primeros cursos es conveniente un enfoque predominante de área, en los últimos puede optarse por otro más vinculado a las disciplinas que la integren.

El currículo de esta área ha de corresponderse con la naturaleza de la ciencia, como actividad constructiva y en proceso, en permanente revisión, y que consiste en esa actividad tanto como en los productos de conocimientos adquiridos en un momento dado. A esta concepción de la ciencia como actividad constructiva le corresponde un planteamiento didáctico que realce el papel activo y de construcción cognitiva en el aprendizaje de la ciencia. En ese proceso desempeñan un papel los preconceptos, suposiciones, creencias y, en general, marcos previos de referencia, de los alumnos. Éstos suelen construir el conocimiento a partir de sus ideas y representaciones previas, de sus conceptos, suposiciones y creencias. La enseñanza de las Ciencias de la Naturaleza debe promover un cambio en dichas ideas y representaciones mediante los procedimientos de la actividad científica. El profesor debe pasar de transmisor de conocimientos elaborados a agente que plantea interrogantes y sugiere actividades, y el alumno, de receptor pasivo a constructor de conocimientos en un contexto interactivo. En particular, y sobre todo, ha de hacer al alumno más capaz de aprender por sí mismo de manera crecientemente autónoma.

Al finalizar la Educación Primaria, los alumnos conocen los seres vivos presentes en el entorno, así como algunas de sus características, semejanzas y diferencias; son capaces de identificar y diferenciar los principales componentes físicos y biológicos del medio; saben de la existencia de cambios y transformaciones, tanto en los seres vivos como en la materia inerte; y son conscientes de la influencia modificadora que ejercen los seres humanos en el medio en el que viven. Éstos y otros conocimientos han de ser consolidados en el área de Ciencias de la Naturaleza. En ella se profundizará en las características universales que definen a los seres vivos, analizando su diversidad en términos de organización; se explorarán algunas leyes generales que rigen todos los procesos de la materia, a la vez que las diferencias entre la materia inerte y los seres vivos; se explorarán las interacciones entre los distintos componentes de la materia, así como los principios que rigen sus cambios y trasformaciones; se valorará la influencia transformadora de los seres humanos sobre el equilibrio y el entorno natural.

Los contenidos se organizan en esta área alrededor de algunos conceptos fundamentales tales como energía, materia, interacción y cambio. A través de ellos se reconoce la importancia de la adquisición de las ideas más relevantes del conocimiento de la naturaleza y de su organización y estructuración en un todo articulado y coherente.

Pero igual importancia que a los conceptos debe concederse a los procedimientos. Al sistema conceptual altamente organizado de la ciencia están indisolublemente vinculadas pautas y reglas que caracterizan métodos científicos de indagación de la realidad. Por ello, los alumnos han de conocer y utilizar algunos métodos habituales en la actividad científica a lo largo del proceso investigador: planteamiento de problemas y formulación clara de los mismos; utilización de fuentes de información de manera sistemática y organizada; formulación de hipótesis pertinentes a los problemas; contraste de hipótesis mediante la observación rigurosa y, en ciertos casos, la planificación y realización de experimentos; recogida, organización y análisis de los datos; discusión de conclusiones; comunicación de resultados mediante el oportuno informe.

Junto a la adquisición de conceptos, uso y dominio de procedimientos, debe estimularse el desarrollo de actitudes de curiosidad e interés por todo lo relativo al medio y a su conservación, y también de cuidado del propio cuerpo, de flexibilidad intelectual y de una disposición de rigor metódico y crítico, de gusto por el conocimiento y la verdad, de aprecio del trabajo investigador en equipo, de exigencia de razones y argumentaciones en la discusión de las ideas y en la adopción de posturas propias, de rigor para distinguir los hechos comprobados de las meras opiniones.

El área de Ciencias de la Naturaleza contribuye de forma decisiva al desarrollo y adquisición de capacidades que se señalan en los objetivos generales de la Educación Secundaria Obligatoria, tales como: una mejor comprensión del mundo físico, de los seres vivos y de las relaciones existentes entre ambos, mediante la construcción de un marco conceptual estructurado; la adquisición de procedimientos y estrategias para explorar la realidad y afrontar problemas, dentro de ella, de una manera objetiva, rigurosa y contrastada; el desarrollo de habilidades de comprensión y expresión correcta y rigurosa de textos científicos y tecnológicos; la adopción de actitudes de flexibilidad, coherencia, sentido crítico, rigor y honestidad intelectual; equilibrio personal, mediante el conocimiento de las características, posibilidades y limitaciones del propio cuerpo en cuanto organismo vivo, cuya salud y bienestar depende de sus relaciones con el medio, al cual, por otra parte, también es preciso cuidar y mejorar.