jueves, 23 de abril de 2020

¿¿VIRUS?? ¿Y ESO QUÉ ES?

Microorganismo compuesto de material genético protegido por un envoltorio proteico, que causa diversas enfermedades introduciéndose como parásito en una célula para reproducirse en ella.


Del latín inmodificado, virus (veneno), es un organismo microscópico tan fascinante como peligroso para los seres humanos por una razón en especial: puede provocar numerosas enfermedades e infecciones de todo tipo. De cierto modo, este es un concepto que todos tenemos en general, pero ahora bien, ¿qué sabes realmente acerca de los virus? ¿Sabes qué tipos de virus existen o cómo son sus estructuras? Pues te invito a que me acompañes para conocer algunos detalles acerca de los virus.






El virus del sarampión en Brasil se extiende rápidamente – MedsBla



Un virus no es más que un agente infeccioso que vive y se reproduce dentro de las células vivas. Son tan diminutos que ni siquiera se ven directamente con microscopios de luz y pueden infectar cualquier tipo de organismo, desde animales a plantas, incluso bacterias. Se han hallado diversos tipos de virus en absolutamente todos los ecosistemas del planeta y entre los conjuntos biológicos, se trata de los más abundantes.



¿CÓMO SE REPRODUCEN?

SISTEMA INMUNOLÓGICO

Independientemente de que vayas descalzo por las duchas del vestuario después de la clase de gimnasia o de que toques el pomo de la puerta del baño, te estás exponiendo a gérmenes. Afortunadamente para la mayoría de nosotros, el sistema inmunitario está siempre alerta para luchar contra cualquier bichito que podría dejarnos fuera de juego.

¿Qué es el sistema inmunitario?


El sistema inmunitario es el sistema de defensa del cuerpo contra las infecciones. El sistema inmunitario, ataca a los gérmenes invasores y nos ayuda a mantenernos sanos.

¿De qué partes consta el sistema inmunitario?


Muchas células y órganos colaboran entre sí para proteger al cuerpo. Los glóbulos blancos (también llamados "leucocitos"), desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario.
Hay un tipo de glóbulos blancos, llamados fagocitos, que devoran a los organismos invasores. Otro tipo de glóbulos blancos, llamados linfocitos, ayudan al cuerpo a reconocer a los invasores y a destruirlos.
Un tipo de fagocitos son los neutrófilos, que luchan contra las bacterias. Si a un médico le preocupa que alguien tenga una infección bacteriana, lo más probable es que le pida un análisis de sangre para saber si tiene una cantidad muy elevada de neutrófilos. Hay otros tipos de fagocitos que desempeñan sus propias funciones para asegurarse de que el cuerpo responde adecuadamente a los gérmenes invasores.
Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se fabrican en la médula ósea y permanecen allí y maduran hasta convertirse en linfocitos B, o bien se desplazan hasta la glándula del timo y maduran hasta convertirse en linfocitos T. Los linfocitos B vienen a ser el sistema de inteligencia militar del cuerpo: detectan a los invasores y los inmovilizan. Los linfocitos T actúan como si fueran soldados: destruyen a los invasores que ha detectado el sistema de inteligencia.

¿Cómo funciona el sistema inmunitario?


Cuando el cuerpo detecta sustancias extrañas que lo invaden (llamadas “antígenos”), el sistema inmunitario trabaja para reconocerlas y eliminarlas.
Los linfocitos B se encargan de fabricar anticuerpos. Se trata de unas proteínas especializadas que localizan e inmovilizan a antígenos específicos. Los anticuerpos siguen existiendo en el cuerpo de una persona. Por lo tanto, si el sistema inmunitario se vuelve a encontrar con ese antígeno, dispondrá de anticuerpos para que desempeñen su función. Por eso, cuando una persona contrae determinada enfermedad, como la varicela, lo más habitual es que no vuelva a contraer esa enfermedad.
Esto también explica que las vacunas sirvan para prevenir algunas enfermedades. Una vacuna introduce en el cuerpo el antígeno de una forma que no hace que la persona vacunada enferme. Pero permite que el cuerpo fabrique anticuerpos que la protegerán de futuros ataques por parte del germen causante de esa enfermedad.
Aunque los anticuerpos pueden reconocer un antígeno e inmovilizarlo, no lo pueden destruir sin ayuda. Esa es función de los linfocitos T. Estas células se encargan de destruir a los antígenos que han sido inmovilizados por los anticuerpos o a aquellas células que se han infectado o que han cambiado por algún motivo. (Algunos de los linfocitos T se llaman "células asesinas" o "células k" [del inglés; killer = asesino]). Los linfocitos T también ayudan a indicar a otras células (como los fagocitos) que desempeñen su función.
Los anticuerpos también pueden:
  • neutralizar toxinas (sustancias venenosas o perjudiciales) fabricadas por distintos organismos.
  • activar un grupo de proteínas llamadas complemento que también forman parte del sistema inmunitario. El sistema del complemento ayuda a destruir bacterias, virus y células infectadas.
Todas estas células especializadas y partes del sistema inmunitario ofrecen al cuerpo protección contra las enfermedades. Esta protección se llama inmunidad.
Los seres humanos tienen tres tipos de inmunidad: la innata, la adaptativa y la pasiva.
  • La inmunidad innata: todo el mundo nace con una inmunidad innata (o natural), un tipo de protección general. Por ejemplo, la piel actúa como una barrera para impedir que los gérmenes entren en el cuerpo. Y el sistema inmunitario sabe reconocer cuándo algunos invasores pueden ser peligrosos.
  • La inmunidad adaptativa: la inmunidad adaptativa (o activa) se desarrolla a lo largo de la vida de una persona. La inmunidad adaptativa se desarrolla cuando la gente se va exponiendo a enfermedades o se inmuniza a ellas a través de las vacunas.
  • La inmunidad pasiva: la inmunidad pasiva es un tipo de protección "prestada" de una fuente externa y es de breve duración. Por ejemplo, los anticuerpos que contiene la leche materna proporcionan al bebé una inmunidad temporal contra las enfermedades a que se había expuesto su madre.
El sistema inmunitario necesita la ayuda de las vacunas. Si te pones todas las vacunas recomendadas cuando te toque, ayudarás a mantenerlo lo más sano posible. También te ayudarán a mantenerte sano el hecho de lavarte las manos bien y con frecuencia para evitar las infecciones, comer bien, hacer abundantes horas de sueño y de ejercicio físico y acudir a todas tus revisiones médicas.

LOS MAESTROS TAMBIÉN LLORAMOS

Carmen Carvajal Romero
11/04/2020

Un día, de golpe y porrazo, nos dicen que tenemos que recogerlo todo rápidamente y marcharnos a casa. Las altas esferas afirman que tenemos que seguir dando clase telemáticamente. Parece fácil, ¿verdad?
Algo tuvimos claro desde el principio: seguir con un repaso de lo ya trabajado en clase para dar margen de reacción a familias, niños y maestros. No avanzaríamos materia, solo cortas tareas que se podrían hacer rápido, más aún que cualquier tarde de estudio. 
Comenzamos a ver qué medios funcionan mejor y nos damos cuenta de que, al igual que nosotros y nuestra propia familia, contamos con situaciones totalmente distintas: papás que teletrabajan, familias monoparentales con un móvil para los dos hijos, hogares sin internet...pero para las altas esferas eso da igual. 
La vida seguía y lo peor estaba por llegar: llamada de los superiores este lunes a las 9 de la mañana para recordar que hay que avanzar materia (lo haremos después de Semana Santa). ¿Cómo lo vamos a hacer? Y es que en la cabeza de los mandamases del país no entra que lo más importante ahora es sobrevivir en todos los sentidos: psicológica y físicamente. ¿Pero a ellos? A ellos les da igual. 
Pues señores mandamases, los maestros y directores también lloramos. Lloramos porque tengo un padre en una situación horrible como autónomo, tengo una hermana en medio del caos madrileño y tengo a 32 maestros, 545 papás y mamás, y 360 niños esperando ver cómo solucionamos algo que no tiene solución.
"Tenemos que avanzar materia". A partir de aquí, tendremos que habilitar los equipos, tendremos que enseñar al profesorado, tendremos que enseñar a las familias, tendremos que instalar programas para videoconferencias, tendremos que adaptar el futuro temario, tendremos que decir que los exámenes no podremos hacerlos, tendremos que...¡Sobrevivir al coronavirus!
No os preocupéis, mandamases, que llevamos muchos días trabajando para llevar a cabo lo mejor posible todo nuestro trabajo. No os preocupéis porque sobre nuestra espalda cae el peso de la responsabilidad, el peso de toda aquella gente que dice que cobramos sin trabajar, o el peso de aquellas familias que pueden llegar a decir que hacen nuestro trabajo...Porque, mandamases, nosotros también lloramos. 
No solo tenemos que sobrevivir al caos que estamos viviendo en todo el mundo, tenemos que sobrevivir a las desigualdades familiares, a nuestros propios problemas, a las críticas (porque nunca lo haremos bien para todos), sobrevivir a vuestras órdenes y, sobre todo, sobrevivir a una situación jamás antes vivida, en una constante incertidumbre. Porque, mandamases, nosotros tampoco contamos con los recursos y por eso, día a día, los maestros también lloramos.
*Carmen Carvajal, directora del CEIP Los Alcalá Galiano de Doña Mencía.

GRACIAS MAESTROS !!!!
https://www.facebook.com/ppalominoburgos/videos/10220746082535533/?t=10